En defensa del P2P
22 noviembre, 2020
Lenta y paulatinamente las empresas que dominan internet han logrado convencernos que la red de redes no puede ser utilizada para compartir archivos. Si hoy pudiéramos viajar al año 2002 y decirle a nuestro yo del pasado “no compres más discos rígidos, che, que no hace falta descargar cosas de internet”, probablemente nuestro antepasado nos hubiera mandado bien a la mierda. Por suerte, algunos seguimos con la mente chipeada a la antigua y preferimos seguir en la compra de discos rígidos para descargar más y más cosas. No por un mero hecho de acumular hardware, sino por una cuestión política.
Internet es un espacio que hacemos entre todxs. El contenido puede estar más o menos manipulado por las empresas, pero aun así, tenemos la posibilidad de tener cierto control sobre los datos que circulan en la red. Pero para poder lograr eso primero tenemos que almacenar datos en algún dispositivo. Esto tiene que ver con los fundamentos básicos de internet: tener una red global de usuarios que se puedan comunicar entre si y puedan compartir archivos. ¿Qué pasó en estos últimos años que solo sabemos conectarnos entre nosotros mismos pero sin compartir absolutamente nada? Internet, que se había pensado como una biblioteca universal, se transformó, sí, en una biblioteca mundial pero…¡sin libros!
Las empresas convencieron a lxs usuarixs que descargar archivos estaba mal pero que podían consumirlos desde sus propias redes, sin bajarlos a sus discos rígidos. Lentamente eso se convirtió en las actuales plataformas de contenidos audiovisuales online, que fueron centralizando mucho de ese tráfico en la red. En el medio, usuarios y usuarias fueron perdiendo cada vez más noción de lo qué es un archivo: aquellos que nacieron en el 2010 y hoy tienen 10 años, nunca usaron un .doc ni un .zip. No vieron disquetes ni juegos piratas: con suerte vieron juegos originales (en sus versiones físicas) de consolas actuales. Con la llegada de la nube, más usuarixs se fueron olvidando de cuánto espacio libre les quedaba y el almacenamiento de archivos personales también migró hacía los invisibles discos rígidos de la internet.
Los archivos, en términos de la informática, son meros ceros y unos. No son objetos tangibles, sino información. No podemos verla ni tocarla. Una forma de aproximarnos a la información digital es mediante su almacenamiento: allí podemos comprender que ocupa un espacio, es decir, toma cierta materialidad. Deja de ser la nada para ser una cosa que puede ser medida. Cuando relegamos la posibilidad de guardar nuestros archivos, también perdimos la noción del espacio, relegandosela a un otro, que la centraliza. La centralización de la información va en contra de los principios de la internet ya que resulta nociva para la vida misma de la red. Una red centralizada por unas cuantas empresas presenta muchos riesgos: uno de ellos tiene que ver con la accesibilidad. El contenido ofrecido por Google, Spotify o Netflix no es accesible por cualquier dispositivo: se requiere un hardware mínimo para poder ver una película vía streaming de Netflix o escuchar música vía Spotify. ¿Por qué necesito una computadora con un i3 para poder ver una peli o escuchar el último disco de Toni Leys? Porque las empresas así lo han establecido. Determinaron cierto hardware para navegar la red, hardware que debe ser actualizado o cambiado, dejando atrás montones de fierros considerados obsoletos.
Ante esta situación que, lejos de mejorar, empeora, la única acción que podemos tomar como usuarios de internet es descargar y compartir archivos. Compartir información entre computadoras no requiere de un gran poder de procesamiento y es una tarea que puede ser realizada por cualquier dispositivo con 20 años o más. Además, compartiendo archivos estamos dándole verdadero uso a nuestro módem, que se halla siempre titilando, en espera de recibir todos esos preciados .mp3. Los mejores protocolos para realizar estas tareas son aquellos que funcionan bajo redes P2P: bit torrent, edonkey, etc. Equipos viejos como una Pentium IV pueden ser transformados en servidores de torrent o eMule. No debemos olvidar que las computadoras fueron creadas para durar unos cuantos años y que para contrarrestar la huella de carbono generada al fabricarlas debemos seguir usándolas hasta que mueran definitivamente.
Compartir archivos y comunicarnos son los dos objetivos principales bajo los cuales se pensó una red global de comunicaciones. Si tan solo uno de esos comienza a desaparecer, a ser cuestionado, a ser relegado, todo el sustento de la Web tambalea. Compartiendo persona a persona, internet termina siendo más accesible y más rápida para todxs. Sea solidario con internet: tómese la molestia de entrar admin del router, abrir algunos puertos, y dejar sus clientes de redes P2P compartiendo constantemente. Aproveche mientras se pueda.
Categoria: derechos digitales | opinión
Muy buena nota, indispensable tomar el toro por las astas con esto. Se está volviendo a niveles pre-2000 en complicación para encontrar algunas cosas.
Otra cosa que me preocupa, es que el ciudadano de a pie perdió prácticamente el entrenamiento y la costumbre de compartir. Antes todo el mundo tenía un programa p2p instalado, y visitaba páginas de linksharing a diario. Hoy por hoy esto se está perdiendo un poco. “¿Está en netflix?” es lo que me preguntan cada vez que recomiendo una serie, y casi siempre me tomo el trabajo de explicarles como instalar y configurar un cliente de torrent.
Capaz un pibe te baja una apk crackeada, pero las compus son un misterio para mucha gente.
A compartir gente. Ripeá ese diskette, poné ese CD en tu carpeta de eMule, no borres el torrent apenas bajó, hacé backups, que esto pinta que empeora antes que mejorar.
el tema pasa mucho por la seguridad; anda a explicarle a un usuario no techie los miles de pop-ups que dicen Download y son terrible virus/spyware/malware/adware, despues que descargue de torrents y no sea estafado (que la pelicula es algo que se mueve porque al grabo un chino con menos pulso que Michael J Fox en el cine el dia de su estreno), que se le cae su propia LAN cuando descarga (y sobre todo comparte) a 2Mbps, que luego tiene que instalar codecs para ver algo que el VLC o el mediaplayer no le reproduce y docenas de bardos mas; el unico uso realmente legitimo y relativamente facill de torrents es para descargar cosas legales y de calidad conocida, por ej distros de Linux, pero de nuevo, eso es para los nerds
Pienso que lo interesante de tus opiniones se ve opacado cuando escribes en inclusivo. Nosotrxs, otrxs etc. No hay nada más funcional al sistema hoy en día que seguirle el juego a la corrección política que nos intentan meter con el bombardeo constante de propaganda con el lenguaje inclusivo, la hipocrecía del nuevo feminismo y toda la falsedad progresista.