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Nerdxculture Latino

Entrevista a Fede, admin de Disroot.org


Disroot.org es una comunidad autogestionada que ofrece servicios de mail, nube, chat, entre otros, respetando la privacidad de sus usuari~s, utilizando tecnologías basadas en software libre y la noción de redes federadas y descentralizadas. El proyecto se mantiene con el aporte económico de l~s usuari~s y busca generar una comunidad consciente y critica de los servicios ofrecidos por las GAFAM. Disroot, además, se plantea como un espacio ideal para que distintas organizaciones sociales y activistas varios utilicen una plataforma de comunicación que respete las comunicaciones de l~s usuari~s y su privacidad.

Rebelión digital tuvo la oportunidad de charlar con Fede, uno de los admins detrás de Disroot. Les dejamos la entrevista para que puedan conocer más de este maravilloso proyecto y l~s instamos a que se sumen a la comunidad.

REBELIÓN DIGITAL:

Tengo entendido que Disroot tiene su infraestructura en Holanda.¿Cómo impacta esto en la política de privacidad de los datos?

FEDE:

El gobierno de Holanda se maneja básicamente igual que la mayoría de los países de Europa que han adaptado sus leyes para cumplir con el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea. Para solicitar datos de usuarixs debe hacerlo a través de una orden judicial. Hasta la fecha no hemos recibido ninguna. Sí hemos recibido solicitudes de datos de usuarixs por parte de la justicia de distintos países y siempre hemos respondido que no tenemos información para brindar. No sabemos quiénes son lxs dueñxs de las cuentas ni almacenamos ninguna información que sirva para identificar a una persona que use Disroot.

REBELIÓN DIGITAL

Interesante esto. ¿Se puede saber de qué países les pidieron información? ¿Cómo proceden ustedes en esos casos?

FEDE:

Hemos recibido cinco solicitudes de datos. Si no recuerdo mal, de Argentina, España, Alemania, Rusia y Francia. Y, sí, siempre explican brevemente los motivos. Una era de la justicia, otras de departamentos de delitos informáticos y otra de una policía local. En todos los casos nos pedían colaboración para obtener información del
o la titular de una cuenta de Disroot. Y en todos los casos respondimos que no divulgamos información de nuestrxs usuarixs y que, además, no guardamos los datos específicos que solicitaban.

REBELIÓN DIGITAL:

Disroot ofrece una multiplicidad de servicios: mail, nube, hoja de cálculo, cuenta xmpp, entre otras. Siendo que la comunidad es autogestionada y se mantiene con los aportes de l~s usuari~s, ¿existen método de suscripción para poder obtener más almacenamiento en Nextcloud o una mayor quota del mail?

FEDE:

La principal razón por la que las opciones de aumentar el espacio de la nube o el correo están en pausa es administrativa. Todo el sistema para solicitar más almacenamiento, vincular un dominio o un alias de correo, era muy “artesanal” y ridículamente lento. Desde hace unas semanas estamos en proceso de mejorarlo y automatizarlo para que sea más práctico y sencillo para lxs usuarixs y para nosotros, claro. También estamos buscando otras maneras de recibir donaciones que no reproduzcan de alguna manera relaciones o prácticas económicas con las que no estamos de acuerdo. En las próximas semanas estará resuelto y probablemente haya modificaciones respecto a los servicios disponibles para “donantes habituales”.

REBELIÓN DIGITAL:

¿A qué te referís con “otras maneras de donación que no reproduzcan relaciones o prácticas económicas con las que no están de acuerdo”?

FEDE:

Me refiero a esta mecánica de “dar algo” a cambio de la donación, es un poco como “vender” algo. Actualmente, la mayoría de las donaciones son contribuciones al proyecto, pero hay un número de personas que donan a cambio de algunas de las características que llamamos “para donantes habituales”. En principio, la idea era un poco “recompensar” a aquellas usuarias y usuarios que aportaban económicamente varias veces al año.

Pero luego comenzó a aparecer gente interesada en ese “extra” haciendo donaciones con el objetivo específico de obtenerlo. Es decir, el “extra” se convirtió en un incentivo para que donaran y esto no era lo que teníamos en mente. Preferiríamos que los aportes fueran por otras razones más vinculadas al interés colectivo o a principios éticos compartidos. Además nos gustaría que esos “extras” no fueran tales, sino parte de los servicios, pero es económicamente inviable en este momento. Esta semana probablemente ya estén habilitadas esas opciones que son la vinculación de dominio, espacio adicional en el correo o la nube pero no sabemos aún si seguiremos ofreciendo los alias de correo personalizados.

REBELIÓN DIGITAL:

Volviendo sobre el tema de los datos, y teniendo en cuenta que sos una persona que creció cuando Internet era otra cosa totalmente distinta a lo que es hoy en día. ¿Crees que en algún momento este mercado en torno al dato caerá? A fin de cuentas, no deja de ser una commodity más, y todo en el capitalismo, tarde o temprano, pierde su valor o al menos, cambia.

FEDE:

Me parece que recién empieza. Ya no se trata de materia prima física, como el petroleo, el oro o el agua. Estamos en un momento del desarrollo donde los principales productos son culturales, intangibles. Conocimientos y datos. Y producimos muchos datos, todo el tiempo. En otro contexto podrían ser útiles de una manera social, para prevenir accidentes, reducir burocracias, desarrollar proyectos que mejoren eficazmente la calidad de vida de las personas. En el contexto del capitalismo, los datos son el principal insumo de herramientas cada vez más sofisticadas de procesamiento de información que desarrollan perfiles muy precisos de cada usuarix. La revolución técnico-económica traccionada por el “big data” excede al “mercado”. El negocio es la capacidad de moldear la percepción o la voluntad de las personas, generar necesidades específicas, crear consumidores. Y también como herramienta de vigilancia.

REBELIÓN DIGITAL:

Es muy común hoy en día que las personas naturalicen la vulneración de nuestras vidas privadas o el robo de nuestros datos. Hay un discurso apático del tipo “mis datos no le importan a nadie” o ” ya tienen todos mis datos”. Esos discursos se han cristalizado y naturalizado, lo cual es sumamente problemático. ¿Crees que esta “batalla” la hemos perdido? ¿Cuáles otras nos quedan por librar?

FEDE:

Complicado, ¿no? Hay batallas librándose en varios frentes. Desde una perspectiva técnica, me parece que por el momento sí, se ve bastante parecido a una batalla perdida. Principalmente por una cuestión económica. El escenario actual tiene por un lado a las corporaciones como Google, Amazon y Facebook que, en conjunto, son dueñas de alrededor de 7 millones de servidores de última generación. Por el otro, un montón de organizaciones, proyectos colectivos y también particulares, autogestionados que entienden la situación de distintas maneras. El fediverso en su conjunto no suma 7 mil servidores. La diferencia es evidente y difícil de acortar.

A nivel cultural y político, si bien la disparidad de recursos es abismal, todavía se puede dar batalla. La más importante de todas. El problema es, principalmente, el nivel de fragmentación de los esfuerzos que se hacen en ese sentido y de los objetivos que persiguen esos esfuerzos. La apatía general que mencionás tiene que ver con esta última dimensión, la cultural. Nuestra percepción del tiempo ha cambiado mucho con la tecnología y hay una necesidad artificial de inmediatez que lo afecta todo. El ejercicio de la libertad tiene que ver con la cantidad de información necesaria para hacer elecciones. Elegimos de acuerdo a lo que sabemos. Saber, conocer e informarse para construir mejores opciones para elegir requiere de un tiempo que muchas personas no quieren invertir. Y entonces, sin la información suficiente, frente a la disyuntiva de completar a mano un formulario de registro y “perder” 10 minutos o permitir que los datos los compartan automáticamente Google o Facebook en 15 segundos a través de una cuenta con ellos, una porción importante de gente elige lo último.

Es interesante lo que decís sobre la “naturalización” porque lo natural no es cuestionable. Ejemplos de este proceso son las frases que mencionabas, “mis datos no le importan a nadie” o “bueno, total ya tienen todos mis datos” porque justifican un estado de cosas que en realidad son modificables pero que requieren sobre todo una inversión de tiempo.

REBELION DIGITAL

Por otro lado… ¿cómo ves Disroot de acá a varios años? Te he leído en otras entrevistas y algo que dejas en claro es que el proyecto está pensado para que persista en el tiempo. ¿Cómo lo sentís vos?

FEDE:

Entre nuestros objetivos está poder transformar toda la experiencia que vamos haciendo en una distro al estilo de Yunohost, algo que puedas descargar y que al final del proceso de instalación tengas un servidor funcionando. También poder volcarnos más a la asistencia técnica, legal o económica a organizaciones sociales, colectivos y comunidades, ser una especie de “paraguas” bajo el cual puedan operar. Me parece que esa es como nuestra meta más importante y para la cual falta andar bastante aún.

Las herramientas que ofrece la plataforma son las mismas que usamos a diario, y sabemos que son útiles para muchas personas y comunidades. No pensamos que vaya a dejar de existir dentro de 10 años, al contrario, trabajamos para que lo siga haciendo en el contexto de muchos otros proyectos similares.

REBELIÓN DIGITAL:

Te pregunté por el futuro de Disroot y me olvidé de preguntarte por el estado actual del proyecto y la comunidad, ¿qué nos podes contar de esta para cerrar esta entrevista?

FEDE:

Disroot se sostiene exclusivamente con el aporte económico de la comunidad a través de donaciones. También hay un número de usuarixs que colaboran traduciendo el sitio o los manuales a sus idiomas, “cazando bugs” o ayudando a otrxs en el chat. No percibo un “espíritu de comunidad” muy extendido o muy expresado. Sí es claro que hay gente que está más vinculada a Disroot desde el aspecto “ético” y otra desde el práctico y que este último conjunto de usuarixs suele ser más activo. Puede ser positivo en un sentido “técnico” porque nos mueven a mejorar la plataforma, pero a la vez el sentido original del proyecto (más vinculado a la promoción de cambios culturales) va quedando un poco como fuera de foco.

Ahora estamos evaluando actualizar el hardware. Eso abre un abanico de posibilidades de mejoras en los servicios pero también nos permite proyectar con cierta seguridad ofrecer soluciones más enfocadas a colectivos u organizaciones, como servidores virtuales con todos los servicios funcionando y que sean relativamente fáciles de configurar y mantener. Planes hay, energía y amor también. La cuestión es, claro, el tiempo. Y el tiempo es dinero. Estamos alcanzando el punto en que el trabajo voluntario no es suficiente.

No lo considero una debilidad sino una circunstancia que puede afectarse para mejorar, pero probablemente si más personas se involucraran en las “tareas cotidianas” como ayudar en el chat, el foro, en las traducciones o escribiendo tutoriales, quienes somos responsables principales de mantener Disroot podríamos distribuir mejor parte de nuestro tiempo.

Desde una perspectiva más personal, me gustaría que la participación de lxs usuarixs y comunidades de todo tipo de América Latina fuera mayor, que más personas se apropiaran de la plataforma y colaboraran en nuestro idioma.


Categoria: derechos digitales


2 comentarios

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